Ni tatuajes ni percing, ni pintadas ni agujeros…

Con los años ha ido teniendo más auge el tatuarse el cuerpo o ponerse algún pendiente o artilugio que perfora alguna zona corporal. Sinceramente, nunca me han gustado, no porque sea un anticuado, sino más bien soy bastante práctico ¿para que sirve un tatuaje? ¿para qué un piercing? Antiguamente estos últimos tenían la función de distinguir a los chicos de las chicas, cosa que hoy no ocurre. No obstante, puede que sea una cuestión de modas. Ahora está bien visto tatuarse o hacerse un agujero en el cuerpo para colgarse algo.

Los tatuajes, algunos de ellos al menos, son auténticas obras de arte. Existen muy buenos dibujantes que utilizan el cuerpo como un lienzo, pintando algunas maravillas. Sin embargo, le pongo algunas objeciones, que me han llevado a no pintarme el cuerpo. La primera de ellas tiene que ver con la contaminación. Cuando he donado sangre, me han preguntado si me he tatuado. Al parecer, tras hacerse un dibujo, se tarda al menos dos años en «descontaminarse» de la tinta. La segunda razón, es ¿qué pasará cuando me aburra?, ¿qué ocurrirá si me pinto la cara de alguien a quien luego no quiero recordar? Será un drama tener que borrarse lo que me pinté. Finalmente, no comprendo, ni llegaré a entender un tatuaje en la espalda o en una parte donde no puedo verlo ¿para qué me tatúo una cosa que no veo?

Los piercing no son una buena cosa ¿qué sentido tiene colgarse algo de la nariz, en la barriga, en los genitales o, tal como esta de moda ahora, realizarse un agujero del tamaño de una rueda en la oreja? Son bonitos, decorativos, pero, bajo mi punto de vista, nada útiles, por eso no lo entiendo.

No es esto una cruzada en contra de esta moda. Reconozco que hay personas a las que un piercing o un tatuaje le queda muy bien. Sin embargo, no me gustan para mi y, por eso prefiero una pulsera, un anillo, una cadena que, cuando me aburra, dejaré aparcada por casa.